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Descripción:
José Ignacio García Hamilton nos permite recuperar en este libro la imagen de un José de San Martín de carne y hueso, con humillaciones y esperanzas, alejado del perfil de héroe mitológico elaborado por la historia oficial. El cadete de quince años postergado en su ascenso por "vicios indecorosos"; el jovencito que participa de la derrota española en Oran; el oficial bisoño seducido por los ideales de la Revolución Francesa y a la vez vencido por los galos en Collioure; el militar embarcado en la fragata Santa Dorotea que es capturada por los ingleses; el comisionado asaltado por maleantes; el ayudante del general Solana que contempla cómo las turbas de Cádiz atrapan y ahorcan a su jefe —acusado de traidor y afrancesado— en la plaza pública y debe huir para evitar igual suerte; el hombre que gusta de tocar la guitarra y frecuenta la noche con una "manóla" de alegre vida; el participante en la batalla de Bailen que observa luego la injusta destitución de su jefe, se va convirtiendo en un militar cansado de los contrastes, desencantado de la monarquía decadente que reina en su patria, identificado con el liberalismo y miembro de una logia masónica constituida para operar a favor de la independencia de las colonias. Su desembarco en Buenos Aires, donde rivaliza con el general Carlos de Alvear, de quien se afirma que en realidad es su medio hermano; las mortificaciones que sufre al ser calificado de indio o de "cholo"; su casamiento con la quinceañera Remedios de Escalada, cuya familia lo menosprecia; su designación como gobernador de Mendoza, donde se subleva contra Alvear y promueve su caída como Director Supremo de las Provincias Unidas; el cruce de los Andes hacia Chile, donde vuelve a desobedecer al poder político de Buenos Aires y parte al Perú como brigadier del ejército chileno y con la bandera de este país; la asunción del cargo de Protector del Perú, en violación de las instrucciones recibidas de Chile y su affaire con la bella patriota Rosa Campusano; las arbitrarias exacciones a los realistas; las resistencias de los republicanos debido a su intento de establecer una monarquía y su impotencia para terminar la lucha contra los españoles; los hijos que se le atribuyen en Guayaquil y Perú; su negativa a viajar desde Mendoza a Buenos Aires cuando su esposa moribunda le pide que vaya; su dureza al arrancar a su pequeña hija, huérfana de madre, de brazos de su abuela para educarla en el extranjero, revelan las vicisitudes de una personalidad empecinada y metódica, pero también desconfiada y solitaria. Las páginas de Don José nos muestran a una persona común, en suma, capaz de experimentar pasiones, sufrir temores, sobrellevar grandezas y vivir una existencia azarosa plena de triunfos y de frustraciones.
José Ignacio García Hamilton nos permite recuperar en este libro la imagen de un José de San Martín de carne y hueso, con humillaciones y esperanzas, alejado del perfil de héroe mitológico elaborado por la historia oficial. El cadete de quince años postergado en su ascenso por "vicios indecorosos"; el jovencito que participa de la derrota española en Oran; el oficial bisoño seducido por los ideales de la Revolución Francesa y a la vez vencido por los galos en Collioure; el militar embarcado en la fragata Santa Dorotea que es capturada por los ingleses; el comisionado asaltado por maleantes; el ayudante del general Solana que contempla cómo las turbas de Cádiz atrapan y ahorcan a su jefe —acusado de traidor y afrancesado— en la plaza pública y debe huir para evitar igual suerte; el hombre que gusta de tocar la guitarra y frecuenta la noche con una "manóla" de alegre vida; el participante en la batalla de Bailen que observa luego la injusta destitución de su jefe, se va convirtiendo en un militar cansado de los contrastes, desencantado de la monarquía decadente que reina en su patria, identificado con el liberalismo y miembro de una logia masónica constituida para operar a favor de la independencia de las colonias. Su desembarco en Buenos Aires, donde rivaliza con el general Carlos de Alvear, de quien se afirma que en realidad es su medio hermano; las mortificaciones que sufre al ser calificado de indio o de "cholo"; su casamiento con la quinceañera Remedios de Escalada, cuya familia lo menosprecia; su designación como gobernador de Mendoza, donde se subleva contra Alvear y promueve su caída como Director Supremo de las Provincias Unidas; el cruce de los Andes hacia Chile, donde vuelve a desobedecer al poder político de Buenos Aires y parte al Perú como brigadier del ejército chileno y con la bandera de este país; la asunción del cargo de Protector del Perú, en violación de las instrucciones recibidas de Chile y su affaire con la bella patriota Rosa Campusano; las arbitrarias exacciones a los realistas; las resistencias de los republicanos debido a su intento de establecer una monarquía y su impotencia para terminar la lucha contra los españoles; los hijos que se le atribuyen en Guayaquil y Perú; su negativa a viajar desde Mendoza a Buenos Aires cuando su esposa moribunda le pide que vaya; su dureza al arrancar a su pequeña hija, huérfana de madre, de brazos de su abuela para educarla en el extranjero, revelan las vicisitudes de una personalidad empecinada y metódica, pero también desconfiada y solitaria. Las páginas de Don José nos muestran a una persona común, en suma, capaz de experimentar pasiones, sufrir temores, sobrellevar grandezas y vivir una existencia azarosa plena de triunfos y de frustraciones.
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